Cuentan que los doctores de la ley preguntaron un día a Jesús, cuando tenía doce años: ¿Dónde vives? En Nazaret, en la casa de la felicidad, respondió. No somos ricos, pero nos queremos mucho; cada día rezamos juntos a Dios Padre, le damos gracias porque nos quiere tanto y le decimos que queremos hacer su voluntad. En mi casa todos hacemos siempre lo que agrada a Dios nuestro Padre. Sabemos que Dios nos ama, y esto da mucha felicidad. Y con esta felicidad, todo se hace fácil.
¿Os gustaría que vuestra casa fuese "la casa de la felicidad"? Hagamos lo que agrada a Dios y lo será. Piensa muchas veces qué haría Jesús en tu lugar, hazlo, y serás feliz.
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